Algunos de los principales rasgos que han caracterizado a las revistas médicas y científicas durante el último siglo han desaparecido en 'PLoS One'. La publicación, una de las iniciativas lanzadas en los últimos cuatro años por Public Library of Science (PLoS), difunde a través de Internet estudios preliminares de biología y medicina, sin límites temáticos.
Los lectores pueden hacer anotaciones, escribir comentarios sobre los trabajos y reutilizar la información como quieran con la única condición de citar la fuente original. Es una revista 'viva'.
"Es quizá nuestro proyecto más radical", señala Barbara Cohen, especialista en genética con una larga experiencia en la edición médica tradicional.
Cohen es una de las seis personas involucradas en el desarrollo de PLoS desde que esta empresa sin ánimo de lucro, surgida originalmente para fomentar el acceso libre e íntegro a los estudios científicos, apostó por lanzar sus propias publicaciones. El director del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, el Premio Nobel Harold Varmus, era el impulsor de una iniciativa pionera que había encontrado en Internet el soporte ideal para desarrollarse.
En octubre de 2003 se presentó 'PLoS Biology'. Actualmente la compañía cuenta con una plantilla de unas 45 personas -repartidas entre la sede de San Francisco (EEUU) y una oficina en Cambridge (Reino Unido)- y siete publicaciones.
A finales de año habrá una octava sobre enfermedades olvidadas. "En principio esto es todo. Ahora queremos concentrarnos en hacer que estas revistas sean lo mejor que puedan", dice Barbara Cohen.
Una política original e innovadora
Todas las publicaciones de PLoS tienen licencia de "acceso abierto", la traducción literal del inglés "open access". Es decir, el contenido se puede copiar y reutilizar. Es algo más que un mero asunto legal: es toda una declaración de principios de un nuevo modelo editorial.
"El 'open access' tanto al texto como a los datos será la norma", dijo Tony Hey, responsable de las iniciativas de colaboración de Microsoft con la comunidad científica, en la reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, celebrada en San Francisco. "Está viniendo otro modelo [editorial]" , señaló.
El especialista citó tres características principales de este nuevo tipo de divulgación: acceso directo a los datos en bruto de la investigación; nuevas formas de revisión de los originales y enlaces a documentos de distinta naturaleza que ofrezcan una perspectiva diferente sobre el trabajo, como blogs de los investigadores o 'wikis' (documentos de elaboración colectiva abiertos de forma permanente a los comentarios y anotaciones) .
Compañías como PLoS o BioMed Central (que tiene un amplísimo portfolio de 175 publicaciones) representan la punta de lanza del sector. "En la investigación importa todo, no sólo el resultado final", indica Cohen.
Igual de importante, añade la especialista, es tener acceso a los datos en los que se basan las conclusiones y a las discusiones que mantuvieron los investigadores durante el desarrollo de su trabajo. Reflejar todo este rico proceso de forma transparente, señala la veterana editora, tiene que ser el objetivo de las publicaciones médicas. 'PLoS One' es un primer intento.
Por ejemplo, el original formato de la revista se sustenta sobre un 'software' propio desarrollado de forma conjunta por PLoS y un grupo especializado en este tipo de aplicaciones participativas. Es una de las alianzas que puede alumbrar este nuevo modelo editorial, abierto a la colaboración con otras empresas que aporten valor tecnológico o amplíen su difusión.
Modelo mixto
Por el momento, sin embargo, también hay limitaciones importantes. Uno de los temas esenciales es el modelo económico. ¿Pueden ser rentables las publicaciones de acceso abierto o están destinadas a cubrir los gastos mediante financiación procedente de fondos públicos o fundaciones? Para PLoS, su propósito es autofinanciarse.
Barbara Cohen cree que se puede lograr con un modelo mixto. Por una parte, los investigadores pagan los costes de la revisión y divulgación del estudio una vez se acepta su publicación. También se admite publicidad. Así se pueden cubrir parte de los gastos.
Para el resto, la veterana editora afirma que tendrían que conseguir que las bibliotecas universitarias -esenciales en la financiación de las revistas tradicionales- abonaran una suscripción equivalente al precio de colocar un único ejemplar de referencia en la calle. La licencia de acceso abierto seguiría vigente.
El juego del factor de impacto
"Sabemos que en ocasiones estamos recibiendo estudios que fueron rechazados por el 'New England Journal' o por el 'JAMA', y creo que en algunos casos se equivocaron y estamos felices de poder publicarlos" , comenta Cohen sobre otro tema clave de la discusión, la competencia con las grandes revistas tradicionales. "Pero nos gustaría que cualquier investigador encontrara suficientemente atractivo el modelo de acceso abierto para que sea su primera opción», añade.
¿Cómo lograrlo? Un elemento crucial es el factor de impacto, un sistema para evaluar la influencia de una publicación científica.
Se calcula según el número de citas que recibe un estudio en otros trabajos en los tres años siguientes a su publicación, dividido por la cifra total de investigaciones publicadas. La suma de estos valores determina la influencia de una revista. El sistema es la referencia actual, pero tiene sus críticos.
¿Refleja este sistema el impacto real de un trabajo si obvia su posible cobertura en medios de comunicación generalistas o incluso su redistribució n si tiene licencia de acceso abierto?
Es el argumento de PLoS, donde importan tanto el número de citas en otros ensayos como el lugar que ocupa en el buscador académico de Google.
Fuente: Diario elmundo.es, miércoles 07/03/2007
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